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Cuando queremos amueblar la habitación de nuestro hijo, debemos tener en cuenta tres factores:

1. Cuanta capacidad de almacenaje necesito.

La capacidad de almacenaje tiene múltiples soluciones con los programas de mobiliario actuales: estanterías colgadas, estanterías al suelo, puentes y armarios de todo tipo prácticamente a medida, son opciones que con una óptima distribución por parte de un profesional darán la mejor solución al espacio del que disponemos.

2. Cuántas camas quiero que tenga

Este factor quizá será el que determine más la estética de la habitación. Normalmente a la edad de 8/10 años sea más conveniente optar por dos camas que por una, a estas edades comienzan los intercambios en las diferentes casas de los amiguitos de nuestros hijos. “Papá que mi amigo viene a dormir a casa”. Normalmente la petición va a ser rápida, sin tiempo para que nos preparemos con lo cual  necesitamos algo que nos dé una solución también rápida, así pues, tener la posibilidad de acceder fácilmente a una segunda cama es fundamental.

Hay 4 tipos de soluciones diferentes para esto: Nidos, compactos, literas y abatibles. En otro post trataremos los pros y los contras de cada uno de ellos.

3. Necesidades en cuanto a la zona de estudio

Ésta zona va a ser el lugar de la habitación donde indudablemente pasaremos más tiempo con nuestro hijo. Hay que intentar tener un escritorio que sea suficiente para dos personas y que además tenga por lo menos dos cajones para poder guardar sus cosas, ya que si no su escritorio siempre estará desordenado. Para esto último hay dos tipos de solución: cajoneras fijas o cajoneras con ruedas. Si el escritorio está “justo” de medida la opción de la cajonera con ruedas nos permite retirarla cuando necesitemos ocupar todo el espacio del escritorio.

Espero que estas directrices, aunque son básicas te ayuden a conformar la mejor solución en el amueblamiento de sus habitaciones.

Nos vemos en el siguiente post!!

Muchas veces me pregunto la importancia que la gente da a los interiores de su casa no como simple estética, si no como parte de su personalidad.  Tengo muy claro que las personas evolucionan, que ni mi forma de ser ni de entender son iguales hoy que hace unos años y que mi estado de ánimo también es cambiante.

También tengo claro que esto afecta de una forma muy evidente en determinados  aspectos de nuestro día a día. Tu forma de vestir, el corte de pelo, si utilizas coche, moto o incluso esta temporada te ha dado por el transporte público, son reflejo de nuestra personalidad y estado de ánimo.

Pero, ¿Afecta todo esto en la decoración de nuestro hogar? Después de tu lugar de trabajo, la casa es sin lugar a dudas donde más horas pasamos al día y por supuesto debemos adaptar la decoración de la vivienda a nuestra forma de ser y en la misma medida en que nuestra personalidad evolucione, deberá evolucionar el estilo en nuestra decoración.

Evidentemente no pretendo que un hipster le ponga una barbita mona a su sofá pero que quieres que te diga, tampoco veo a un lumbersexual (movimiento basado en la figura del macho leñador) viviendo en una casa con un gran mueble de diseño.

Así pues, la casa tiene que ser un reflejo más, un complemento más que afianzará la imagen que queremos tener de nosotros mismos y la transmitirá con más fuerza al resto de la sociedad.

Pues esto es todo chicos, nos vemos en otro post…